¿Que es el sector publico?
Por sector público se entiende el
conjunto de instituciones u organismos que regulan, de una forma u otra, las
decisiones colectivas de carácter político, económico, social y cultural de un
país.
Además, el Estado interviene en
el desarrollo de la actividad económica como consumidor y como productor. Así,
actúa como unidad económica de consumo cuando adquiere bienes y servicios de
las empresas privadas (nacionales o extranjeras) para desarrollar las funciones
y los objetivos que tienen encomendados; para ello se financia,
fundamentalmente, a través de los impuestos. Por otro lado, actúa como unidad
económica de producción a través de las empresas públicas que producen bienes y
prestan servicios de interés público (infraestructuras, enseñanza, sanidad).
Las funciones que se le asignan
al sector público en una economía mixta son las siguientes:
Fomentar la eficiencia económica,
para ello, interviene tratando de corregir los fallos del mercado, por ejemplo:
lucha contra los efectos nocivos de determinados procesos productivos como la
contaminación, fomenta las externalidades positivas como la I+D+i, provee de
bienes públicos, defiende la libre competencia, etc.
Mejora la distribución de la
renta. El Estado redistribuye la renta, tratando de ayudar a los ciudadanos con
rentas más bajas, por medio de la política de impuestos y de gastos y también
mediante la regulación.
Propiciar la estabilidad y el
crecimiento económico. Al tratar de suavizar las fluctuaciones cíclicas intenta
evitar los aumentos del nivel de desempleo en las recesiones y de los precios
en las fases expansivas.
Todas estas funciones las realiza
el sector público con los objetivos de estabilizar los precios, propiciar el
crecimiento económico haciéndolo a su vez sostenible con la protección del
medio ambiente, conseguir el pleno empleo, mejorar la distribución de la renta,
y evitar el déficit público y el déficit exterior en la medida de lo posible.
Para conseguir sus objetivos y
desarrollar sus funciones, el sector público presenta la siguiente
organización, en la que se identifican cuatro grandes niveles:
sector público
Administración Central o
Administración General del Estado. Está compuesta por la Presidencia del
Gobierno, los ministerios y los organismos de carácter autónomo, como el
Boletín Oficial del Estado (BOE), adscrito al Ministerio de la Presidencia, o
el Instituto Nacional de Estadística (INE), adscrito al Ministerio de Economía
y Hacienda. También compete a esta administración la gestión del sistema de la
Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Finalmente, cabe señalar que aunque España es un
Estado descentralizado y la
Administración Central ha ido perdiendo protagonismo paulatinamente, por la
cesión de poder a las administraciones regionales, es la que mayor número de
funciones tiene atribuidas. Administración regional o
autonómica. Las Comunidades Autónomas han ido asumiendo progresivamente
competencias que antes correspondían a la Administración Central, como es el
caso de la sanidad y de la educación. Estas administraciones disponen de
presupuesto propio, aunque sus ingresos proceden fundamentalmente del Estado.
Administración local. Como indica
su nombre, el área de influencia de este tipo de administración es de ámbito
local, realizando tareas cercanas a los ciudadanos (alumbrado, suministro de
agua, recogida de basura, etc.). Aunque estas administraciones también disponen
de presupuesto propio, sus ingresos siguen proviniendo fundamentalmente del
Estado. Los principales ejemplos de administraciones locales son los
Ayuntamientos y las
Diputaciones Provinciales. Sector público empresarial. Como
se ha expuesto anteriormente, el sector público también interviene en la
actividad económica como productor de bienes y servicios mediante empresas
públicas financieras y no financieras.
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